Encuentro Ecumenico para la Liberacion de las Minorias Sexuales - EELMS
 
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Mensaje de la semana
"Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y queda sanada de tu enfermedad... " Marcos 5:34 Queridas y queridos amig@s: Tu fe te ha salvado!!! Son las palabras de Jesús, en la mayoría de sus milagros, o de sus curaciones. Es que en realidad la gracia de Dios esta... Esta dentro nuestro, dispuesta, a la espera de ser invocada, convocada a actuar. Porque somos criaturas de Dios, su imagen, su semejanza y es en nosotras y nosotros su poder. ¿Qué es la fe, entonces, sino la capacidad de reconocer la grandeza de Dios en nuestra vida? ¿Qué es la sanidad sino el encuentro del Poder de Dios con nuestra docilidad y reconocimiento del mismo? Eso es precisamente lo que sucede en el relato de la mujer que esta enferma de flujo de sangre. Ella ve en la persona de Jesucristo, su salvación, su poder sanador, y hace todo lo que puede para escabullirse entre la multitud y llegar próximo a Jesús; es tan firme su fe, que le basta con tocar su manto para recibir ese poder sanador. Y lo hace, y su flujo de sangre se detiene... Pero éste no es un hecho aislado, ni mágico... Jesús siente como su poder sale de sí... y se detiene y pregunta quién fue. Todos le miran sorprendidos, hasta fastidiados - ¿Cómo se te ocurre Jesús, en medio de esta multitud, preguntar quien te toco? ¡Claro que todos te tocan! - He aquí nuestra lectura racional del incidente. Pero Jesús busca entre la gente los ojos de la persona que se le aproximo, le toco con su fe, liberando ese poder sanador que sale de El. Para Cristo no es un hecho aislado, sino personalizado.... Que una mujer sangrando tocara a otra persona, significaba que manchara con su impureza a quien había tocado. Seguramente tuvo miedo, y por esa razón, tal vez también se le acerco en el anonimato que le proporcionaba esa muchedumbre que rodeaba al maestro. Pero Jesús, la busca, porque su poder sanador no es una venta en serie, que se derrama como perfume de ambiente... El poder sanador de Dios establece un vínculo con la fe de quien lo recibe. El poder Sanador de Dios nace de la fe de la persona humana y se abre a las mayores posibilidades de transformación divina. A veces estas posibilidades incluyen la transgresión de romper con nuestras lógicas estrechas. La mujer hace su acto de visibilidad, se inclina a sus pies... Jesús la levanta y reconoce su fe como el origen de salvación y cura. Este viernes tendremos nuestro culto mensual de sananción. Una oportunidad para reencontrarnos con las heridas, enfermedades, desequilibrios, necesidades que están presentes en nuestra vida... La enfermedad es una manera de perder el equilibrio y la armonía, es una expresión de nuestra debilidad. Pero precisamente nuestra debilidad es la oportunidad para la fortaleza que procede de Dios. Tenemos la oportunidad de acercarnos ante la grandeza de Jesucristo, y confiadamente pedir su sanación... y recibir la cura por la fe. Los y las invito a ejercitar nuestra fe, a poner nuestra confianza más allá del alcance de nuestra lógica, a buscar el poder sanador de Dios a sabiendas que ese poder se nos quiere dar para nuestro bien. Quizás en el cómo nos acerquemos, esté la clave. Como la mujer, sin expectativas... Jesús era su esperanza. Y desde esta actitud lo que se resalta no es el milagro en sí, sino la fe en el poder sanador de Dios. La mujer sabía que Dios le devolvería la paz y esa era su búsqueda. ¿Estamos dispuestos a creer que Dios puede actuar en nuestra vida? ¿Confiamos que nuestros dolores, enfermedades, heridas, desequilibrios pueden encontrar la paz en los brazos sanadores de Cristo? ¿Estamos dispuest@s a que suceda en nosotr@s? No sabemos como opera la gracia de Dios, ni cuando lo hace... sólo sabemos que existe y se nos da como don gratuitamente, don que experimentamos en el gozo de una paz interior que nada, ni nadie pueden quitarnos. Si confías plenamente en Cristo ven el viernes!, si aún tienes dudas, ven y espera en tu corazón!, si no estás dispuesto... ven! déjate sorprender. No todo caso no elijas el camino del aislamiento o la soledad... La oración común llega a Dios siempre y su gracia se derrama en aquellas y aquellos que se la piden. Todas las bendiciones de Dios para ti esta semana!. Rev. Fernando Frontan
 
   
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